El ex sacerdote uruguayo Julio Boffano da cuenta en su libro Conocerme me hizo libre de su periplo como gay dentro de la Iglesia Católica, desde Montevideo hasta el núcleo más alto del poder en Roma. El doble discurso y los abusos sexuales a niños y ni...
, la novela de educación de un joven que quiere abrazar el sacerdocio cristiano y en el camino asume que es gay. Y al mismo tiempo descubre que la institución de su vocación “ha sido históricamente un lugar de refugio para gays y lesbianas”.
Instalado en el Colegio de la Chiesa de Jesús, la iglesia principal de la Orden Jesuita en Italia y en el mundo, Boffano convivió con compañeros de diversas nacionalidades. que, en Uruguay y en Argentina, aún no ha saltado. En Argentina hay solamente 60 o 70 curas denunciados, lo cual es insólito.-Es muy difícil ser un homosexual asumido dentro de la Iglesia. Esta afirmación puede parecer engañosa, pero es verdad. Por un lado, uno está en un mundo cerrado, lleno de hombres y lleno de gays, y al mismo tiempo es parte de una institución que condena la homosexualidad como un sentimiento y una práctica aberrante.
-Lo importante es no decirlo, que no se sepa, no importa con quién te acostás, me dijo un superior, lo importante es que no se sepa. En el caso gay: que no seas un militante de eso es lo más importante, además de no decirlo explícitamente. En todo caso es un pecado y un pecado se perdona y se sigue adelante.-Sí, muchísimas veces. Uno de los problemas fue mi estilo de confesor.
Toda esa maraña de silencios, protecciones e influencias que hay dentro de la iglesia y que oculta todos los vínculos amorosos y sexuales colaboran y permiten el manto de silencio sobre los abusos y también sobre la pedofilia.