'Resultado mentiroso', por Leo Farinella River jugó mejor que Boca pero menos de lo que puede y transformó en figura al arquero rival, como tantas veces en la historia. Una derrota que molesta pero no nos desvía del objetivo.
Así, desde la más cruda realidad uno puede aceptarse, reconocerse y seguir en busca de los objetivos.. Sin chicanas, la postura de equipo grande fue de River. Boca salió a tratar de pelear el partido, de que River no pudiera hilvanar juego, a cortar todo lo posible y rezar para que la providencia le regalara un gol salvador. Hasta. Pero ese es asunto de ellos. Como viejo conocedor de estas historias, por estas horas habrá sonoras exageraciones que dejaremos pasar.
Nuestra verdad nos invita a reconocer que faltó fluidez, faltó serenidad, faltó pasarnos la pelota más tranquilos, sin tanta ansiedad, sin tanto apuro y fundamentalmente faltó lucidez y precisión en la definición. Julián no definió bien las que venía haciendo sensacional casi siempre y eso el equipo lo notó. Tampoco estuvo preciso Barco cuando quedó de frente al arco.
Ese gol resultó un quiebre psicológico del partido. Pasó a ser el partido de"a ver cuándo hace el gol River" a ser el partido de"parece que Boca lo puede aguantar". Ese gol le dio confianza a Boca, que ahora estaba a dos goles de la derrota, resultado que realmente le preocupaba porque con el empate se iba contento. A esos mismos dos goles le quedó el objetivo a River, a quien el empate le sabía a poco.
Eso es en algún punto lo que explica la urgencia, el apuro, la pérdida de la tranquilidad a la hora de la elaboración del juego, incluso la imprecisión. Nos mostramos desesperados por ir a buscar lo que merecíamos y esa misma desesperación nos hizo equivocar el camino. El resto lo hizo Rossi. No hay mucho más por decir. No será éste un clásico que quede en la historia, porque ni siquiera es la primera vez que pasa esto. Hay muchos ejemplos de clásicos en los que River fue superior a Boca y por esas cosas terminaron ganando. Esto nos invita a pensar que esas cuestiones que parecían parte del pasado pueden volver de tanto en tanto y hay que estar con la guardia alta.