Los galardones se entregaron en el Teatro Campoamor de Oviedo, con la ausencia de los fallecidos Nuccio Ordine y Hélène Carrère, y con la princesa Leonor a punto de cumplir la mayoría de edad
En el día de los Premios Princesa de Asturias abundan en Oviedo varias tipologías de humanos: la gente con traje, los policías nacionales, los periodistas acreditados y los gaiteros. Algún helicóptero sobrevuela el centro de la ciudad, dedicado esta tarde al monoculitvo de los premios.
Aunque no se dirigió a las élites aquí reunidas, sí que se encontró con las bases de la literatura el pasado miércoles en Gijón, en un acto con los clubes de lectura de las bibliotecas públicas. Y no se le vio demasiado incómodo. Curiosamente, Murakami es un célebre corredor de maratón, como, en otro nivel de exigencia, Eliud Kipchoge, premio de los Deportes.