La primera ministra italiana reclama que se impida a los migrantes salir de sus países de origen, mientras que la presidenta de la Comisión se limita a anunciar un plan sin grandes novedades para contener el fenómeno
, para reclamar a Bruselas mano dura. “El objetivo deben ser las repatriaciones, no la redistribución de los migrantes” entre los Veintisiete, reclamó la líder ultraderechista. Y advirtió: “El futuro de Europa se juega aquí, porque el futuro de Europa depende de la capacidad de Europa de afrontar los grandes desafíos, como estos flujos migratorios sin control”.
El programa en cuestión que anunció la dirigente europea consta de diez compromisos, que recogen distintas posibilidades de colaboración de la UE con Italia. Entre otras, se considera actualizar la legislación europea contra el tráfico de personas ——, aumentar las campañas de sensibilización y comunicación para desincentivar las travesías por el Mediterráneo y definir nuevos corredores humanitarios legales y seguros.
y que transfiriera al país africano los 250 millones de euros acordados. En Lampedusa, Von der Leyen se limitó a señalar que la UE “trabajará con Túnez en la aplicación” del pacto y que acelerará “la adjudicación de nuevos proyectos y el desembolso de fondos”, sin especificar plazos.