Es de imaginar que para emprender un proceso revolucionario en paz lo primero es acordar entre los partidos y demás instituciones la creación de un “ámbito de coincidencias esenciales”.
El país necesita emprender un proceso revolucionario en paz para organizar la comunidad y ubicarla en óptimas condiciones a fin de afrontar el futuro.
Dijimos que en Argentina todo está contaminado por esta crisis y sólo queda, para aquellos que pueden, ajustarse a las desgraciadas circunstancias de una economía desquiciada, a un proceso político delirante y extraviado, y al crimen de una descomposición social sin precedentes. Es fundamental –como ciudadanos– reconocer que ya no sirve para nada el simple papel que este modelo nos exige de ser votantes para creer que somos democráticos, sabiendo que, siendo los actores esenciales en una democracia, finalmente nos tratan como convidados de piedra.