La artista viró hacia un electro pop súper potente con una puesta y una coreo que tiene alguna reminiscencia a Thriller, de Michael Jackson.
El video empieza con Lali ingresando a una especie de fábrica abandonada donde la espera un grupo de personas que se mueve sin rumbo ni orden, como perdidos, extasiados. Algunos de ellos, incluso, están encerrados y aparecen entre ciertos elementos del sadomasoquismo.un salto al vacío, una caída tipo Gatúbela y el inicio del baile al unísono con el grupo.
A partir de ese momento, Lali demuestra una vez más su pisada escénica, su carisma para capturar con su mirada la cámara y su potencia para el baile. La coreografía está en la cima de lo último del ritmo urbano, que se permite movimientos que parecen inspirados, también, en el clásico, o incluso -yendo más adelante en el tiempo-, a Slave, aquel video de Britney Spears en el que la artista esclavizaba a un hombre en una puesta que también apelaba al éxtasis grupal y al sofocamiento.
La edición acompaña el aumento de tensión a medida que un termómetro en la pared va llegando al punto máximo de temperatura y cierra con un final que porta una teatralidad pocas veces vista en la escena pop argentina.