Un recorrido por la trayectoria de este prolífico cineasta neoyorkino, que este jueves estrenó su más reciente producción, Rifkin’s Festival
, demorada un año por la pandemia, viene a cumplir el ritual postergado y a ofrecer la perfecta excusa para revisitar algunos de sus mejores títulos disponibles en streaming.La película sintetiza en su título original –- el dilema último de la humanidad convertido en su exquisita parodia.
La obsesión de Allen por la ciudad que le dio cobijo y pertenencia se consagra en las imágenes postales del inicio de, filmadas en el vaporoso blanco y negro de Gordon Willis y con la música de George Gershwin de fondo, reductos perfectos para un imaginario inoxidable.
Esa idea parece ser graciosa, pero lo que a Allen le interesa, más allá de recrear ese mundo que nació del cine y el teatro antes que de la realidad, es demostrar que un artista puede surgir en cualquier parte. Es lo que sucede con el guardaespaldas Cheech , cuyo talento oculto para el drama se revela como el verdadero hallazgo de la ficción.